sábado, 1 de julio de 2017

Reyes Black (5)

Reyes Black (5)
...Mini historia...
...Es parte de la historia...

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   Estuve toda la noche despierto, levantándome una y otra vez, caminando por toda la habitación esperando caer dormido en algún momento o simplemente que me llegara el sueño, todo con una increíble sensación de preocupación que de igual manera provocaba que mi insomnio se hiciera peor. Mis ojos se mantenían abiertos, la cama parecía más dura de lo normal, trataba de pensar en cosas vagas, leer cartas viejas, contar de cero a 1000, pero nada funcionaba…  Sin embargo, ¿Cómo espero dormir tranquilo si Charlie estuvo a un paso de morir aquella noche? y más aún, con la no deseada interrupción del idiota de Max; pensar en él me enojaba, sólo imaginaba lo que hubiese pasado si él jamás hubiese llegado…

Aunque había algo que alejaba toda señal de amargura, pensaba en la seguridad de Charlotte, pensar en que ahora ella está a salvo me hace sentir más tranquilo, a pesar de todo lo antes dicho...

Con  el pasar de las horas y el constante “tic tac” del reloj retumbando, finalmente noté la luz del día iluminar mi habitación. Sorprendentemente no estoy cansado tras haber pasado la noche en vela, normalmente al tener insomnio llego a desarrollar gran fatiga a la hora de iniciar el día. Aunque, reconociendo todo lo que había pasado, pensé en las numerosas consecuencias que habrían por todo ocurrido ayer, empezando por mi ausencia repentina en Athenas, luego por mi viaje a Mobius, defender a  una plebeya, y más sorpresivo aún; demostrar el enorme afecto que le tengo.

Quizás por la noche nadie logro verme, pero estoy seguro que mi padre ya debe saber toda la historia.

Nunca pensé que a esta edad, en este rango y en esta posición  pensaría esto pero, creo que metí la pata.

Salvarla, eso era todo, creo que no fue correcto quedarme con ella a pesar de lo bien que lo pasé. Estuvimos muy cerca, hablamos siendo nosotros mismos y creí que eso no pasaría nunca, mucho menos tan pronto.

Aunque... sea correcto o no, igual no me siento arrepentido de haberlo hecho.

De repente, unos toques en la puerta se escucharon, para rápidamente ser abiertas y recibir la visita de uno de los sirvientes del castillo con un pequeño carrito donde se encontraba el desayuno del príncipe. Sorprendido por ver a Leight despierto, sonríe dulcemente, con intención de darle una buena mañana, aunque realmente no habría ninguna sonrisa capaz de quitarle esa característica expresión de odio que llevaba la mayor parte del tiempo.

—Esperaba verlo dormido, Príncipe. —Dijo sonriente, llevando el carrito donde traía el desayuno al malhumorado erizo.

Leight no respondió, solo remiró los ojos en otra dirección mientras se acomodaba en su cama.

—Creo que no se encuentra bien... ¿le sucede algo? —preguntó el sirviente en un tono bajo un poco preocupado mientras serbia el desayuno.

—Claro que sí, ¿Qué cosa tendría? —soltó venenosamente—. No preguntes ya, sólo quiero comer.

—Es que usted... —termina la frase señalando una de sus mejillas.

—¿Qué? —enarcó una ceja confundido.

—Nada, nada; olvídelo —finalizó el sirviente, volviendo a su tranquila sonrisa.

Ya después ni el sirviente ni el príncipe se dirigieron la palabra, el sirviente se pospuso a terminar de servirle el desayuno a Leight para luego retirarse, dejando solo de nuevo al príncipe...

Leight miró por donde se había ido el chico y frunció ligeramente el ceño en duda mientras empezaba con su desayuno; ¿por qué de repente se señaló así sus mejillas? Era claro que se refería al erizo, ¿pero por qué? ¿Cuál sería la necesidad de hacerlo?

¿Acaso tengo algo en mi cara?

En eso, el erizo se limpia un poco la boca con sus manos por las migajas que dejaban las galletas, pero para su sorpresa, sintió algo más en su rostro.

—¿Que de...? —se preguntó sorprendido, mientras rápidamente buscaba un espejo para ver aquello que lo sobresalto.

Mis mejillas... están ardiendo...



Este tipo de cosas jamás me habían pasado hasta este límite...

Aunque realmente me sorprende, pues si bien ahora no estaba pensando en nada que provocara esto, ¿qué tan sonrojado estaba cuando ese sirviente llegó y yo estaba pensando en Charlotte?

Debí verme como un completo ridículo.

Aunque esto me inquieta, se supone que no estoy para estas tonterías, no puedo dejar que nadie me vea de esta forma, sobre todo Max, seguro se burlaría y no necesito de sus inmaduros comentarios ahora que estoy molesto con él.

Quizás si no me preocupo por eso termine quitándose este sonrojo que no entiendo por qué siempre termina apareciendo tan inesperadamente...

Y así fue, justo como pensó al no preocuparse por el asunto, terminó con sus mejillas normales, sin nada que lo degradara a debilucho, según él, un sonrojo sería un claro ejemplo de ello.

Por otro lado, desayunando a la misma hora, los reyes de Mobius, Maximus y Aleena Speed se encontraban comiendo en silencio, sin alguna mirada entre ellos ni expresión, sólo se hacía presente una aura de seriedad algo incomoda en el lugar. Además de estar (pedido por ellos) completamente solos en el comedor, no había ningún sirviente que rompiera el incómodo silencio que se formaba en el gran salón por lo que se hacia el momento cada vez más tenso.

Lo único que se escuchaba era los cubiertos chocar con los platos, ya que ninguno parecía tener algún interés en decir algo.

¿Por qué Max y Aleena no se hablan? pues la respuesta es bastante obvia: A noche Max fue muy duro, demasiado para ser su mejor amigo quien estaba en problemas, mientras que Aleena se ponía en la posición de Leight, a pesar de que ella no supiera realmente lo que había sucedido, no cree que debió ser la manera correcta de tratar al príncipe de la forma en que lo hizo Max, y tras este claro desacuerdo, ambos no parecen querer hablarse por ahora.

Segundos incómodos transcurrieron mientras que ya los platos se encontraban vacíos, viendo en diferentes direcciones era lo que ambos hacían evitando cualquier conversación. Sin embargo, el orgullo de uno de ellos parecía debilitarse, cuando la reina rendida pero al mismo tiempo harta, dio inicio a la primera conversación del día.

—Mejor manera de resolver un conflicto... ¿No es así? —dijo ella evitando el contacto visual, teniendo su vista en el plato mientras comía sus últimos bocados de la comida

El erizo sólo bufa tras el comentario de la eriza, aunque por mas orgullo que estuviera, no toleraba contestarle de esa forma tan irrespetuosa a su propia esposa.

—Está ahora en su habitación, ¿por qué no vas y escuchas la otra versión de la historia?

En eso, Max deja de lado su orgullo y mira a Aleena con una expresión un poco pesimista.

—¿No quieres?... o ¿No puedes?

—Está muy enojado, quizás ni quiera verme —dijo en un tono bajo, parecía no estar muy animado para hacer lo que Aleena le dijo.

—Vamos, lo máximo que puede hacer es ignorarte, pero dudo mucho que lo haga porque necesita tu apoyo cuando su padre llegue para acá.

—Aleena... no sé, no quiero estropearlo más de lo que ya lo hice, y si... tienes toda la razón, ayer lo arruiné y no fue de un buen amigo tratarlo así, así que no se realmente lo que debo hacer...

—Solo ve y háblale, si llega a suceder algo malo, yo intervendré.

—Está bien, pero... sin querer ofenderte... ¿Cómo crees que tu intervención logre hacer algo?

—Escucha... algo que siempre me ha encantado de Leight, es el hecho de que a pesar que puede estar completamente furioso... jamás se descargaría conmigo o con cualquier otra mujer, justo como un total caballero, nunca le faltaría el respeto a una dama...

—Jumm...

¿“... me ha encantado de Leight...”? ojalá no tenga que preocuparme por eso.

Pensó el erizo celoso, viendo a otra parte repitiendo las palabras de Aleena una y otra vez en su mente, aunque no fue mucho para que su esposa lo hiciera reaccionar.

—Y... por favor no provoques que me enoje, odio pelear contigo.

—¿Disculpa?

—La mayoría de las veces que peleamos son por culpa tuya, así que la próxima vez no lo arruines.

—Mph... Yo al menos no te celo con alguna amiga tuya —susurra.

—¿Qué dices? —pregunto confundida

—Nada. —respondió para rápidamente sonreír

Un nuevo día había iniciado, ya con el gran cielo azul en su más grande esplendor y con aquel sol tan brillante que iluminaba a todo Mobius... una dulce mañana, que al principio no parecía serlo, ya se encontraba lleno de tranquilidad, pues los reyes estaban felices al igual que sus demás sirvientes del castillo, casi como las mañanas diarias, aunque esta se sentía mucho más tranquila.

Pero a pesar de que todo volviera a sentirse tranquilo, había cierta cosa que aún faltaba resolver.

El erizo verde ya se encontraba frente a la puerta de su amigo, parado, pensando en la situación.

Puede que no sea muy bueno con las palabras... pero espero lograr alegrar lo que arruine...

Toco la puerta, dudoso; algo nervioso esperando algo y nada, solo un total silencio que permanecía, pero solo fueron unos segundos hasta que decidió hablar y apresurar su entrada.

—Am... ¿Estas ocupado?

—Sí.

—Jum... ¿Muy ocupado?

—No me molestes.

—Vamos viejo, déjame entrar

—Lárgate de aquí, imbécil. —responde indiferente.

—O-Oye, no tienes porqué insultarme

—¿Y por qué no, idiota?

—Ashh...

—Fuera, la paciencia que me queda se está acabando y si no te retiras te vas a arrepentir.

—Sin amenazas, Leight; sólo déjame entrar.

—Te lo advertí. —afirmo al levantarse de su cama.

—Oye, quiero que me escuches un momento, sé que estás molesto pero quiero que...

En eso, Leight abre la puerta interrumpiendo a Max provocando que este se asuste inmediatamente.

—¡NO ME GOLPEES! ¡NO ME GOLPEES! ¡YA ME IBA! —gritaba, cubriéndose su rostro mientras se encorvaba.

—Ya deja de lloriquear, idiota.

—¡POR FAVOR, ESTO FUE IDEA DE ALEENA, YO SABIA QUE ESTO TE MOLES...!

—¡CALLATE! —ordenó. —Sí, te perdono, estoy acostumbrado a que siempre lo arruines todo, así que déjame en paz.

—¡¿En serio?! ¡Gracias, amigo! ¡Sabía que tenía cora...!

—Te perdono porque me tendrás que ayudar a salir de aquí.

—¿Uh?

Se cubre su rostro con la capucha y exige:

—Voy a salir del castillo y necesito que me ayudes

—Leight pero... los guardias incrementan más la seguridad, recuerda que llegará tu padre dentro de poco

—Ya lo sé, solo quiero largarme antes de que él llegue, necesito ver a Charlotte cuanto antes...



—¿Qué?

—Ah, nada... es que me parece bastante lindo que ahora te preocupes por una mujer que no sea tu madre.

—¿Me vas a ayudar o no?

—Claro que sí, Charlie... JAJAJAJAJA

—¡SERÁ MEJOR QUE TE CALLES ANTES DE QUE TE CORTE LAS ESPINAS!


—¡AHG! ¡Y-YA, OK, OK, CALMATE!

De repente, unas trompetas resuenan por todo el castillo, llamando la atención de ambos erizos que corrieron a la primera ventana que vieron, encontrándose con la más desafortunada sorpresa.

—Oh no... T-Tu padre...

Leight empuñó las manos sobre el cristal mientras su ceño se fruncía en rabia, sus planes de intentar escapar se vinieron abajo, ya no había forma de salir con su padre en el castillo debido a la seguridad.

Pero ahora Leight no se sentía impotente, ya no sentía ganas de escapar, quería hacer otra cosa y con toda la rabia del mundo, camino furioso al salón donde entraría su padre para darle una "buena recibida"

—¡Leight! ¿A dónde vas? —preguntó, apresurando su paso para caminar al lado de su amigo.

—Voy a resolver unas cuantas cosas... —aclaró para sólo quedar en completo silencio, mientras caminaba directo a su destino junto con Max quien no paraba de preguntar lo que este haría al ver a su padre.

Era un ambiente tenso, Max no sabía cómo hablarle a Leight sin sentir un gran temor a ver estallar a su amigo en ira quien, a cada paso que daba, fruncía más el señor con sus empuñadas manos, pisoteando con rudeza, dejando descargar su rabia en su caminar que en realidad no calmaba aquella furia que iba en aumento.

Llegan a las puertas del salón tras unos minutos de tensión y silencio, quedándose parados en frente a ellas, que lo único que dejaban escuchar eran las voces cubiertas de los guardias y del rey; al erizo rosa le enfurecía la tranquilidad de su padre al hablar, por alguna razón pensaba que con aquella misma tranquilidad ordenó acabar con la vida de Charlotte.

—¿Qué piensas hacer cuando entres? —preguntó Max señalando las puertas con su mano—, ¿gritar y golpear a todo el mundo como un lunático? Necesitas un plan racional Leight.

Leight no respondió, sólo dejó pasar unos segundos y se dispuso a abrir las puertas con fuerza llamando la atención de todos en el salón, justo como lo quería en un principio.

Los guardias se sobresaltaron, todos se encontraban en silencio, Leight sólo se dirigió hacia su padre caminando con toda la calma que podía aparentar tener en ese momento.

—Justo iba a pedir que te llamaran, estaba impaciente por verte, hijo —dijo el padre de Leight, sonriendo para así burlarse del enfurecido de su hijo.

—Por seres como tú dejaría la corona para no ver más tu asqueroso e insensible rostro.

—Vamos niño, ¿en serio me exigirás sensibilidad? ¿Quién asesinó a un personal del reino anoche?

—¡Ese miserable asesinó a muchos!

—¿Tienes idea de cuantos has asesinado tú?... si te enseñara la cantidad exacta de cuantas muertes provocaste en guerras... ¡Mph! lo pensarías dos veces antes de atacar a alguien que sólo hacia su trabajo.

—¡Nosotros no matamos! ¡Solo nos defendemos en las guerras! ¡Ella sólo era una chica, no cometió delito alguno, ella tenía menos de...!

—¿En qué clase de familia vives? ¿En serio crees que nos importa eso? Yo di la orden de asesinarla porque yo me deshago a quien se oponga a nuestras reglas.

—¡Pero ella no se ha opuesto a nada!

—No. Escucha niño, se nota que no estas entendiendo nada... Tú te opones porque ella te incita hacerlo, sin ella en el camino ya no tienes por qué oponerte tú.

—¿Así que la culpas a ella por mis actos?

—Básicamente.

—Tú... ¡Eres un...!

—Nos iremos a Athenas justo ahora, sólo tenía intención de buscarte yo mismo, ahora ve y busca tus cosas, Alicia se impacientará y no querría que se enojara contigo —dijo al levantarse.

—¿Y cómo crees que voy a escuchar lo que dices? Yo no pienso moverme de aquí, me quedaré en Mobius hasta que me plazca y no voy a casarme con la loca de esa chica.

—Deja de pelear, enano; quiero viajar tranquilo sin pensar en que tú...

—Voy a buscarla, quieras o no.

—¿Buscarla? ¿A quién?

—Tu sabes a que me refiero... —dijo al dar una media vuelta y encaminarse hacia la puerta.

—¿Y qué planeas hacer trayéndola para acá? Sólo me darás más oportunidad de terminar con ella

—No lo harás...

—¿Y por qué crees eso?

—¿En serio asesinarías a una ciudadana en un castillo y reino que no te pertenece? Ningún medio sabe de tu intento de homicidio... ¿Qué pensaría la familia Diamond de esto? ¿Dejar a su hija casarse con un hombre cuya familia es una psicótica?

El rey no respondió, solo miro atento a Leight sorprendido de todas esas inquietudes que no pensó que su hijo lograse adivinar.

—Será mejor que me dejes traerla, asegurándome su bienestar  y seguridad en el castillo... o me obligarás a hablar.

—¿Y las pruebas? ¿Quién te creería?

—¿Por qué no escucharían una noticia como esa viniendo del mismísimo príncipe? De igual forma ella es toda la prueba que necesito, jamás dudarían de una testigo del príncipe.

—No te atreverías... ni siquiera tendrás el valor de poner un pie fuera del castillo.

—¿Quieres apostar?

*               *              *

Leight se encontraba caminando las calles, sin la capucha puesta, sólo con su ropa del castillo, a pasos tranquilos y firmes y obviamente llamando la atención de todo Mobian que se cruzaba por su camino sin mencionar, los murmurios de toda la gente que lo comenzaba a seguir

Por alguna razón no lo molestaba como él esperaba, nadie se le detenía en frente para hablar con él o algo parecido, solo lo seguían discretamente abriéndole paso con confusión.

—Bien... debe estar por aquí. —susurró para así mismo llegando a la plaza donde normalmente se encontraba trabajando Charlotte.

No sé si hoy esté trabajando, después de lo de anoche imaginaría que estuviera encerrada en su casa sin ganas de salir así sea para...


—Wow...

Es muy torpe, pero la chica tiene agallas.

Leight sonrió levemente, no pretendía quedársela viendo, pero era difícil cuando ya había reconocido todo sentimiento que sentía al tenerla en frente. Así que después de unos largos segundos, el erizo imaginó que sería una buena idea intentar ser coqueto por primera vez en frente de una chica, quizás no era un experto y no pretendía sorprenderla, por lo que, embobado, se dejó de llevar con las palabras al referirse a ella con dulzura.

—Quisiera pedir la más hermosa rosa que tenga, señorita...  —pidió dulcemente, sin importarle las pequeñas risas que se escuchaban de la multitud que lo observaban, manteniendo aún su tonta sonrisa y alegrándose al ver como ella alzaba la cabeza para responder aun estando todavía de espaldas.

—Amm... Lo siento señor, no vendemos rosas aquí. A dos tiendas al sur de acá, hay un puesto de rosas muy bonitas que podrían gustarle —responde amablemente sin voltear, mientras terminaba de hacer el inventario

Leight no era del tipo de chico se molestaba cuando las chicas lo ignoraban, realmente no le importaba, pero... odió que, de cierta forma, rechazaran su primero y último alago.

—Ash... al menos sígueme la corriente, eriza tonta  —comentó ligeramente molesto mientras se cruzaba de brazos.

—¿Disculpe...? —volteó confundida para encontrarse con el rostro de Leight. Tal fue la sorpresa que las hojas de su inventario se resbalaron de sus manos para terminar esparcidas por el suelo.

—Y no me vuelvas a llamar señor, no soy un anciano —ordenó.

—T-tú...



Charlotte ahora logra entender el porqué del silencio repentino en la plaza, por lo que notando todas las miradas en ella, trata de no decir nada pues los nervios la comían viva.

—¿Que tanto me miras? ¿O acaso ya no hablas?


—Actúas como si nunca me hubieses conocido...

—N-no, no quería hacer eso, sólo que no esperaba verte después de ayer...

—¿En serio pensaste eso?

—Pues sí... No tendrías razón para regresar, después de todo, fui la razón por la que casi nos capturan a los dos... —dijo entre murmurios, jugando con sus guantes tratando de no ver a Leight a los ojos por los grandes nervios, pero antes de que pasara otro minuto, al pensar en lo que dijo, reaccionó para después con gran preocupación correr hacia Leight y revisar algunas partes de su cuerpo— ¡¿Y no te hicieron nada verdad?! A-ahh... debí ayudarte a escapar, creo que si te hubiese ayudado a huir no hubiese sido todo tan complicado.

Me está retrasando... de nuevo.

—Aunque ahora sería bueno que regresarás al castillo, me alegra mucho verte, en serio que estoy feliz de que volvieras... —dijo al sonreír conmovida —. Pero todos están viendo que estás afuera y no deberías estarlo, además no quisiera aparecer en las noticias solo porque viniste a saludar...

—Hablas demasiado, ven acá.


—¡¿A-Ah?!

—Muy bien, no hay nada que ver aquí, esto es algo muy normal, no hay necesidad de seguir viendo, gracias —soltó hacia la multitud de Mobians que veían todo.

—¡O-Oye, bájame! ¡No puedo irme así nada más!

—Ella tiene razón —apareció un tipo robusto entre la multitud—, no se moverá de aquí hasta que la cuota sea pagada  —exigió, siendo acompañado de otros dos quienes se encontraban a su lado.

—Así es, nos debe 4 meses de renta y no ha dado ni un solo centavo, así que bájala antes de que intervengamos —reclamó el más pequeño del grupo.

—¿Acaso... me estás ordenando?

—No nos interesa si eres el príncipe, ella debe pagar todo lo que nos debe.

—Ustedes también hablan demasiado... —susurró agobiado el erizo, quitándose uno de sus guantes.

—Esa estafadora no se irá de aquí.

—¡Hey! —gritó, llamando la atención de los tres hombres—. Tomen —lanzó uno de sus anillos hacia ellos, el cual atraparon al instante—. Con ese diamante las deudas de Charlotte son pagadas, en ese anillo, fácil hay 10.000 rings —explicó, para luego retirarse del lugar dejando a la multitud sorprendida.

—N-No puedo creer que haya hecho eso... T-Tengo que pagarte de alguna forma, no puedo permitir que tú...

—No te preocupes por eso, después de todo ya pensaba ayudarte con esa deuda.

—P-Pero...

—Sólo relájate, no te preocupes por nada.

—D-De acuerdo...

*               *              *

La multitud se disipó, ya todos comenzaban a ignorar al príncipe (Era entendible, si hubiese sido en Athenas su escape, tal vez la atención sería mayor) así que alejado de todas las miradas, el principie se dirigió a una zona boscosa alejada de la ciudad, un lugar donde abundaba los valles y gran espacio verde, tranquilo y con una fuerte pero agradable brisa que terminaba siendo una relajante sensación en el rostro.

Ambos erizos se sentaron en el césped, viendo con atención todo el paisaje que se veía desde el punto en el que estaban, dejando que el silencio fuese la calma y tranquilidad de ambos... aunque eso no descartaba todas las dudas que tenía Charlotte, ¿Por qué Leight la buscó? ¿Por qué la llevo a ese lugar? ¿Por qué se veía molesto?

Tenía miedo de preguntar, esa mirada tan fría me hacía pensar muchas cosas,... Pero... ¿Por qué? ¿Perder 10.000 rings le afecta a alguien tan rico? No digo que no me importe, pero a él no le debería ser algo relevante... o será que hice algo malo...

—Am... ¿Leight?

—¿Qué? —respondió frio.

—Estás molesto... ¿Por qué?

 —¿Molesto yo? Para nada, esa es solo cosa tuya, niña...

—O-Oh... es que te veías molesto, no lo sé, sólo que no te ves tranquilo.

—Déjate de tonterías, Charlotte; ahora sólo cállate  y mira el paisaje, el hermoso y estúpido paisaje —respondió furioso, manteniendo sus brazos cruzados teniendo la vista al frente.

—Bien... —dijo, callándose como le fue ordenada y se pospuso a ver el paisaje que realmente se veía muy bonito.


¿Acaso pretende ser romántico? Si es así, no le está yendo muy bien... aunque aprecio su esfuerzo, es muy tierno de su parte intentar hacer algo como...

—Rose, Rosas, ¿Cómo no lo entendiste? Era muy sencillo —dijo molesto manteniendo su vista al frente.

—¿Qué? —desvió su mirada del frente y miró curiosa a Leight.

—¿Para qué me molesto? No sé si hable muy bajo, o si no me expresé bien o tú fuiste demasiado boba en ese momento, pero algo tan sencillo como preguntar por rosas es... ¡Argh!

—¿Me trajiste para hablar de rosas o...? —frunció ligeramente el ceño.

 —Olvídalo.

—Leight, estoy muy confundida...

Me di cuenta.

—No sé para qué me trajiste, para qué estamos aquí, en primer lugar ¿Para qué regresaste? No estabas obligado a hacerlo pero igual lo hiciste... creí que no volvería a verte más y trate de hacer como si nada hubiese pasado pero... verte en las noticias, en el periódico y demás como: “el príncipe que huyó de su reino” sólo hace todo más complicado... —lleva su mirada hacia este y pregunta—. ¿Por qué regresaste, Leight?

El ambiente se volvió más serio, ya Leight dejó de lado su tontería con las rosas y se dispuso a tomar las cosas como al principio fueron, cosas de suma importancia que definirían su vida y que tenía que explicarle a Charlotte el porqué de su repentino e inesperado regreso.

Leight la miró, llevo su vista hacia ella acercándose a su lado mientras baja su vista.

—No puedo regresar al castillo sin ti, Charlotte...

La eriza se extrañó, ¿por qué habría que ir al castillo y, de cierta forma, tener la obligación de hacerlo?

—¿C-Castillo? ¿Para qué me llevarías al castillo?

—Escucha, Charlie... después de lo de anoche pasaron muchas cosas, ¿Si? Tengo, ehhh... tengo un problema ahora con mi padre, resulta que lo que pasó anoche fue por orden de él, el hombre que te atacó fue enviado para asesinarte.


—L-Lo sé, no sé cómo hacerlo sonar tan horrible como suena, pero sucedió porque supieron que estaba relacionado contigo y... se supone que ya estaba comprometido con otra chica, así que no podían dejar que tú fueras parte del “camino”... Lamento tanto que pagaras por todo lo que había sido desde un principio culpa mía.

Charlotte asustada por la noticia, se aleja ligeramente del chico con una expresión de terror, palideciendo repentinamente.

—N-No, no tienes por qué sentir miedo, ya no hay nada que pueda hacerte daño ahora.

—Apenas éramos amigos, ¿por eso tengo que morir? ¡¿Por ser sólo tú amiga?!

—Charlotte...

—¡¿Y encima estabas comprometido con otra chica?!

—¡Charlotte, escucha! Si hubiese sabido que estarías en peligro lógicamente te lo diría, fue sólo casualidad que te salve, no es mi culpa que mi familia sea una completa congregación de asesinos... —dijo al tomarle los hombros —. Incluyéndome...


—Además, no tienes idea qué se siente a que te obliguen a unirte con alguien que no toleras... ¿Crees que soy ese tipo de chico? Apenas y hablo contigo Charlotte, yo no soy de hablar con mujeres...

Charlotte se veía más tranquila, primeramente porque Leight le confirmaba su seguridad y segundo, porque se veía y sentía toda la honestidad que este demostraba.

—¿Por qué otra razón vendría a buscarte después de todo eso? Sé que debí dejarte ir cuando todavía no sabían de ti pero... no podía sólo olvidarme de eso tan importante, así hayas perdido por mi culpa lo que sería una vida tranquila... —sonríe levemente—. Creo que terminé siendo un egoísta...

—Leight...

—Sé que todavía me ves como un completo desconocido, y peor ahora después de todo lo que te he dicho, pero trata de hacer un esfuerzo por aceptarme como lo que fue alguna vez Aimon para ti... trata de no pensar en el horrible ser que realmente soy... dame otra oportunidad, una que pueda ser yo mismo por primera vez...

—Leight... llevas el apellido: “Black”,... ¿Sabes la magnitud del problema? No puede pasar nada entre ambos, ni siquiera una amistad, ya que hasta eso está mal según tu familia... no es correcto, no pode...

Leight la silencia tomando su mano, la observa y permanecía con sus ojos fijados en ella, Charlotte no entendió el porqué de la reacción y mucho menos entendió por qué la profunda mirada del erizo estaba fijada a ella. Después de los segundos y de que Leight por fin lo decidiera, llevó la mano de la eriza rubia hasta su pecho, provocando que ella pudiera sentir los alterados bombeados del corazón del erizo.


¿Qué pretendía hacer además de que sintiera latir su pecho?

—¿Lo sientes?...

—¿Uh?

… ¿Qué pretende hacer?...

—¿Puedes sentirlo?

—A-Ah... S-Sí...

—¿Sabes por qué lo puedes sentir?

—¿A qué te refieres con eso?...

—Me refiero a que eres la primera a quien le permito hacer esto...

—Leight...

—Quisiera que vinieras conmigo al castillo, quisiera que todos sepan quién es la chica que me hace actuar como un verdadero estúpido...—baja su cabeza al tiempo que apretaba un poco más la mano de la chica con dulzura—.  No quiero obligarte a nada si es lo que sientes... pero quiero que sepas que por ti me siento como me siento... Quiero que me creas cuando te digo que realmente te necesito a mi lado.

Charlotte no soportaba ver al erizo así, sabía que se estaba quebrando, sólo había que escuchar su voz para darse cuenta de ello. Ella lo amaba, no podía evitar sentir emoción al escuchar que para él ella era importante, que sentía lo mismo, que ambos compartían esa misma emoción por el otro... pero justo cuando lograba convencerse, reconocía todas las complicaciones que implicaban estar con alguien como Leight, sabía que no sería fácil ser parte de la vida de alguien de la realeza.

Entonces pensó...

¿Para qué preocuparme tanto? Lo mejor que puedo hacer ahora es aprovechar cada instante que tengo cerca de él cuando tengo la oportunidad, justo sin nadie cerca, sin críticas a aquello que tanto le tengo temor, a que me vean como la sombra de alguien que tanto amo...

Charlotte con su otra mano libre toma la mejilla derecha de Leight, haciendo que este levante la vista, dejando ver sus humedecidos ojos y mejillas ruborizadas.

Creo que es mejor si me arriesgo...

La eriza comienza a acariciar la mejilla del erizo, llevando poco a poco su mano hasta las espinas de este y justo al llegar hasta la nuca del mismo, empujarlo ligeramente a su hombro, permaneciendo su otra mano en su pecho

—Está bien, está bien... —continuaba con las caricias, conmovida, lo calmaba con dulces palabras intentando que este se tranquilizara— tranquilo...

No había nada más que me faltase, sólo quería que viniera conmigo y fuera parte de mi vida...

Leight soltó la mano de Charlotte, dejando solo la mano de esta en su pecho, llevando aquella mano hasta sus espinas, acariciando las largas y rubias púas que tanto él quería llamar suyas...


—Hagamos el intento, Charlotte... nunca sabremos si funcionará si no lo intentamos...

La eriza no respondió, sólo se limitó a dejar las caricias y levantar la vista del rosado erizo, encontrándose con su mirada sin decir palabra.


Ella sentía como los latidos incrementaban la velocidad, podía ver como los ojos del erizo se cerraban para así imitar la acción, juntando ambas frentes lentamente, llevando al chico a tomar su mejilla hacia ella para terminar realizando lo que antes no lograron terminar

Estaban en silencio, los segundos se hacían eternos, la brisa corría, las sonrisas se hacían presentes y la alegría era cada vez mayor

No me importa lo que digan o lo que piense... a la única princesa que necesito esta frente de mi...

Así sea difícil, haremos que funcione...

Hagamos que nuestro futuro esté a nuestro favor

—Charlotte...

—¿Uh?

— Quiero casarme contigo...

Finalizó, para así juntar sus labios con los de ellas, sintiendo aquel roce que tanto deseaba sentir y viviendo la sensación que jamás imagino que estaría orgulloso de experimentar... sensación que antes no lograba admitir...

Sensación de...


¿Amor?...

*               *              *






No podía permitir que nada se hiciera, exigir mis derechos era lo único que haría, y si no se me hacían respetar, era claro terminarían siendo mis últimos reclamos como príncipe de Athenas

—Las puertas se abren, los guardias sólo dejaban su expresión de sorpresa al quitarse aquellas armaduras del rostro—

— No pensé que hablaría en serio —susurró para sí mismo.

—Hablaba en serio... Por si lo dudabas —habló, caminando directamente hacia su padre y sin soltar la mano de la eriza.

El rey se levantaba, se veía furioso, no podía soportar la presencia de una civil en el castillo y más mientras esta tomaba la mano de su hijo.

— ¿Cómo permites que alguien como ella entre aquí? —dijo viendo a su hijo con total ira reprimida.

— Tú me permitiste traer a quien yo considerara digna de ser mi esposa y reina...

La mano de Charlotte comenzaba a temblar, aún le costaba aceptar el peso de lo que implicaba su llegada y más al escuchar esas serias palabras de Leight, por lo que el erizo, al sentir esa inquietud, volteó para acercar la mano de esa hacia él y besarla dulcemente. Todos abrieron sus ojos como platos, el rey se sentía ofendido de que su hijo hiciera aquel acto y se limitó a golpear su asiento con su mano empuñada, llamando la atención de todos en la sala

—Tranquila... no te preocupes, yo estoy contigo —le susurró a la chica para luego dirigirse hacia su padre, sacando un pergamino de uno de sus bolsillos para leerlo en voz alta—. Según la ley del reino Athenas, si en la familia real no llega a existir una dependencia para heredar el peso del poder, castillo y todo el territorio gobernado, se procederá a elegir a un nuevo rey o reina que no sea parte de la familia real con el único requisito de que este o esta sea originario del reino, para así prosperar y continuar con el legado real —dijo para así ver a su padre y esperar su respuesta con gran seguridad.

Todos se encontraban confundidos, nadie lograba entender por qué el príncipe había leído aquella ley ante su padre.

— ¿Y cómo piensas que esa ley pueda facilitar la unión de esa... chiquilla —dijo con repulsión— y tú?

— Ella es una Athens, cumple con el requisito, no habría que hacer más que aceptarla como parte de la familia real.

—Escucha niño —habló el rey con burla—, esa ley sólo aplica si no existe descendencia por parte de los reyes, pero aquí estás, así que no veo cómo eso podría...

— Entonces prefiero ya no ser el príncipe —aclaró, quitándose su corona, pisándola y rompiendo gran parte de las joyas que habían en ella—. Suerte en encontrar otro heredero, allá en Athenas la más grande delincuencia es la estafa —se burló, abrazando a Charlotte del hombro y encaminándose hacia la puerta con tranquilidad.

—L-Leight, ¿qué haces? —preguntaba en susurro la chica caminando nerviosa.

—¡¿A dónde planeas irte?!

—A la casa de Charlotte, un hotel, un bar, lo que venga primero —soltó, sin dejar de caminar hacia la puerta.

—¡¿Cómo planeas conseguir dinero?! ¡No sabes trabajar!

—Aprenderé.

—¿Y crees que los asquerosos pueblerinos no tratarán de meterte en tu vida? ¡Jamás te dejarán en paz! ¡Siempre te verán como el príncipe que no dejarás de ser!

—Para algo tengo la espada, ¿no?

—¡Oye! —se negó Charlotte.

—Tranquila, ya no matare a nadie...

—¡Acaso tú...!

—Su majestad... no podemos conseguir otro heredero ahora, debemos tener a alguien que sepa perfectamente de guerras y batallas, y de los pocos Athens que contienen esos conocimientos es su hijo, además, ¿No querría que alguien más introdujera su apellido a la familia real, o si? —preguntó uno de los sirvientes.

—Es preferible que esa chica esté con el príncipe, se nota que la princesa Alicia no se lleva muy bien con Leight y viceversa, por lo que dudo mucho que ambos quieran tener alguna descendencia —comentó otro.

—No pensamos que llegue a existir una, sólo por si acaso optamos que sea esa chica, además que es bastante aceptable reconociendo que es una Athens —apoyó un tercero.

—¿Acaso cree que pueda existir algo mejor que una rubia? ¡Solo mire lo hermosa que es! —habló el actual y nuevo consejero real.

—Jamás... en toda la historia de nuestra familia jamás se ha introducido a un civil como parte de la realeza —dijo entre dientes.

—Sin faltarle el respeto, su majestad... —habló el primer sirviente—, pero ¿qué es mejor? ¿Una ardilla con un erizo, o dos erizos juntos?

El rey bufó y terminó levantándose de su asiento.

—¡Leight!

El erizo solo se detuvo, no volteó, permanecía parado levantando un poco más su oreja como señal de que estaba prestando atención.

El silencio se apoderó del lugar, al rey le costaba aceptar aquella decisión de su hijo, así que por la impotencia, solo podía empuñar sus manos tragarse cada una de las cosas que quería decir.

El rey no sabía expresarse, no tenía palabras y tras varias opiniones, solo se limitó a suspirar frustrado, reconociendo su poco poder en l situación, se resignó a aceptar la decisión de su hijo.

—¿Cómo se hace llamar la chica? —dijo tranquilo.

Todos se sorprendieron, no imaginaron que el rey aceptase la decisión, así que tras escuchar aquellas palabras, el erizo rosa sonrió victorioso pero sin ser testarudo.

Todo parecía mejorar, poco a poco las cosas salían de mejor manera, incluso para los más duros, la aceptación se convertía en una opción, le doliera a quien le doliera, Leight prefería casarse con Charlotte, pero esto era muy difícil de aceptar para otros... bueno, otras.

— Mph... —bufó Alicia—. No puedo creer que fuera ella la razón de todo, imaginé que sólo fue mal humor de él, que falta de respeto.

—No imagine que sea una falta de respeto, su majestad... sólo... algunos no estuvieron destinados a estar juntos, es todo.

—¿Y acaso tu eres un experto en el amor?

—No pretendía hacerle creer eso, mi lady

—Ashh... Sólo cierra la boca.




Continuará...


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¡Holaaaaa! Hace mucho que no publico nada por aquí, jajaja... jaja... ok, ya, seriedah.

Bueno chicos, sé que he estado ausente por mucho tiempo, tanto aquí como en mis demás redes sociales... pero es que mis obligaciones me tenían muy ocupada, DEMASIADO, además que estuve con un bloqueo de ideas y no sabía cómo continuar y seguirle el ritmo a la historia, ¡pero ya! Ya me recuperé de todo y volverán los capítulos al blog (Más ahora que falta menos para que la historia termine x´D), además, ya estoy de vacaciones además así que tendré más tiempo libre para hacer lo que me gusta u compartirlo con todos ustedes c: así que no se preocupen, estoy bien, todo normal, ya regresé, no morí xD, quiero que sepan que no dejaría el blog así como así, planeo terminarlo por completo, así duré mucho, lo lograré terminar lo mejor que pueda ^^

Estoy haciendo el siguiente “reyes Black” y el capítulo 70, me apresuraré lo más que pueda para publicarlo, pero eso sí, ya no voy a volver a eso de un Cap por mes, daré mi mayor esfuerzo en ser más constante :3

Otra cosa, también aprovecho para que le echen una visitita a mis redes sociales y mi canal de youtube (por si no lo sabía, sí, tengo uno, pero pensé en avisarles cuando ya tuviera un poco de contenido ya subido), hice algunos Speedpaints, Animatics, entre otras cositas :v

(Click en esta wea) ♥Mi canal de Youtube♥ 
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Agradecimientos: Gracias a mi hermanita pude hacer esta parte de: "Reyes Black" fue ella quien me ayudo en los errores, acomodar fragmentos de los párrafos y agregar algunas cosas que complementaron muy bien en esta parte c: asi que, dedico esto a mi hermanita banani♥ (Gracias wey, escribes y editas mostrísimo :v/♥)